Su nombre va irremediablemente unido al de Maestra. Maestría en el corte, la confección y la elección de los tejidos. La mujeres de Lina parecen un ramillete de claveles andando por el Real, el movimiento de sus trajes es inconfundible y, aún a peligro de caer en el inmobilismo, sus creaciones se elevan al estatus de clásicos aunque sean nuevos.
Lina llamó a su colección 2011, Sueños. Ensoñación con una flamenca coqueta, gitana y con ciertos aires sesenteros. Elevó el corte de sus trajes por delante aumentando la gracia natural de las formas femeninas, al más puro estilo de Pepa Flores en su visita a la Feria de Abril.
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El nuevo largo desigual fue una constante en el desfile de Lina.
También las combinaciones con camel. Foto: Pedro Jiménez Candau
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Vuelven los volantes de capa, y los tejidos lisos. Foto: Pedro Jiménez Candau
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Los talles suben y los volantes se estrechan.
Foto: Pedro Jiménez Candau
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El colorido fue amplio y el efecto clavel marcó la diferencia.
Foto: Pedro Jiménez Candau
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Para las más sofisticadas, el rojo pasión y la organza
en color nude. Foto: Pedro Jiménez Candau |
Y el broche de oro, fue en rojo y negro y, si me lo permitís, con ciertos aires parisinos. Si Degás hubiera pintado flamencas, seguro que éstas estarían vestidas por Lina.
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María José Suárez fue la modelo invitada
por Lina. Foto: Pedro Jiménez Candau
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